Entrada del blog por Cristian Gabriel Gómez Centurión

Todo el mundo

Este texto me interpeló en varios momentos y de distintas maneras. Pero elegí esta frase 

"Una Iglesia sacramentalizada es una Iglesia auto-referencial, alejada del Jesús de los Evangelios. Podemos estar muy cerca de la institución eclesiástica y muy lejos del Reino de Dios"

Me parece que aquí hay varias cuestiones a tener en cuenta. Una Iglesia sacramentalizada. Es decir que toma al sacramento como una ideología, y no como un signo de la Gracia Divina, es una dura crítica a los católicos, que ven la vida sacramental como un simple festejo, como una eventualidad y no como un signo que atraviesa toda la vida, se banaliza así la fe y la vida cristiana. Se preocupa más por la celebración y no tanto por el contenido, por así decirlo. Esta superficialidad sacramental quizás se deba al excesivo interés por emplear símbolos y gestos, y descuidar actitudes y hábitos, que trasformen la realidad de las personas. Quizás en otro momento de la historia han resultado eficaces, pero sabemos que uno de los grandes pecados de nuestra Iglesia es el anclaje en el pasado, con la excusa del Kairós y Chronos, que los tiempos de los hombres no son los tiempos de Dios sea han postergado reformas, se han descuidado pastorales, se han omitido realidades. Y este estancamiento es un impedimento para la realidad del Reino de Dios.

Quedan aun resabios de aquellas épocas en donde la Iglesia era la gran Señora, una Iglesia polarizada, el clero y los laicos, el fiel y el infiel, el santo y el pecador. poco a poco se fue acordando esta Señora, que estaba para servir, no para ser servida. 

Pasaron Medellín, Puebla, Aparecida, como nombra el autor, llegó el estruendo de Envangelii Gaudium, y sigue escandalizando Evangelii Nuntiandi. La Iglesia va avanzando, lleva el ritmo de un anciano, porque es conducida por ancianos, no en el sentido presbiteral, sino en el etario. Creo personalmente que el Papa actual, aún siendo anciano se ha dado cuenta de la juventud que debe tener la Iglesia, y como dice el autor, ha invertido la pirámide, para escuchar a todos, no olvidando que Jesús era un joven. Pero no podemos entonces limitar esta juventud a la edad. La frescura del evangelio debería ser una nota característica de todo cristiano.

La sacramentalización nos vuelve autorreferenciales. Y algunas otras cosas más, si entendemos que así la Iglesia no puede salir de sí misma.  Se encierra en una retroalimentación que no deja que el Evangelio camine. Desubicada en tiempo y en espacio, poniendo el requisito antes de mirar la realidad de sus hijos. La Iglesia Señora es dueña de los sacramentos, no es instrumento para alcanzarlos. La Iglesia servidora sale de sí, esto es mirar al otro, meterse en su realidad, buscar su salvación. Esto puede ser posible también, si se pierde el miedo, una Iglesia accidentada, como pide el Papa, esa que como los chicos crea anticuerpos al estar en el barro y no se enferma.

Por otra parte, menciona esta diferenciación entre iglesia Institución y el Reino de Dios. No es la primera vez que escucho o leo este tipo de comentario, creo que es muy severo y un tanto ponzoñoso, porque el mismo autor lo afirma en el texto, la Iglesia somos todos los bautizados, hacer esta diferenciación es un tanto imprecisa e injusta, porque hay quienes entienden esta realidad de la Iglesia militante, donde la conducción está en el clero, pero el clero entiende que esto es un servicio y no una dignidad. Pero resulta interesante la corresponsabilidad y la coparticipación de todos los miembros de la Iglesia, tener en claro esto que indica el autor, que todos somos fieles. Poner en práctica la sinodalidad, la capilaridad de la Iglesia, no como una democracia, sino encontrándonos todos en un mismo espíritu, participando activamente en el Reino de Dios.

Con todo esto, podemos observar a la Iglesia en estos momentos, creo que ha reaccionado de esta manera, ofreciendo misas transmitidas online, pensando en esta realidad de sus fieles, teniendo en cuenta la espiritualidad actual, tratando de seguir ofreciendo lo que la feligresía más sentiría perder. Pero creo que es muy interesante pensar en resignificar nuestra vida sacramental y poder volver a lo escuchar a Dios, por medio de su Palabra.

 


[ Modificado: sábado, 9 de mayo de 2020, 20:36 ]